Publication:
Magazine La Vanguardia - Sylvia Martí
02/09/2018
02 Sep Borrar las manchas
Las manchas cutáneas encabezan las consultas al dermatólogo. «El principal problema de la piel a la vuelta de las vacaciones son las manchas, difusas, planas, con relieve, algunas escondidas en la dermis y todavía si mostrar su aspecto al exterior, otras más marcadas y visibles», explica la doctora Beatriz Beltrán, especialista en medicina estética, nutrición y antienvejecimiento.
«Son el resultado de la diferente distribución de la melanina, que nos protege del sol de manera natural. Cuando más expuestos estamos a la luz, más cantidad producen los melanocitos. Las hormonas (embarazo, menopausia…) también influyen en su aparición», señala. Para tratarlas con eficacia, lo primero es distinguir el tipo. Activos como el ácido kójico, el retinoico, el azelaico, los alfahidroxiácidos (AHA) o la hidroquinona están entre los más utilizados, y los profesionales usan peelings y láseres.
EN MANOS PROFESIONALES
La doctora Beatriz Beltrán propone un tratamiento personalizado que empieza por el diagnóstico de las manchas.
TRES CLASES
Léntigos
Manchas de hiperpigmentación producidas por el daño solar. Son planas, de color marrón claro y de pequeño tamaño. Suelen tener forma redonda con márgenes irregulares y aparecer a partir de los 35-40 años en las zonas más expuestas al sol. Responden bien al láser.
Melasma
Son efecto de alteraciones hormonales. Salen en mejillas, frente y labio superior. Las cremas y mascarillas despigmentantes las disimulan, pero suelen ser crónicas: aunque se eliminen, reaparecen si se vuelve a exponer la piel al sol.
Nevus o lunares
Se producen porque se multiplican las células de la piel que producen la melanina. Se distinguen por sus bordes, bien definidos y contorneados. Deben ser controlados por el dermatólogo, porque pueden degenerar en melanoma.